LAS 5 REGLAS DEL BUEN REGALO

Llegan las fiestas más esperadas del año y, con ellas, la gran pregunta… ¿Qué puedo regalar esta Navidad? Cada año que pasa, los niños reciben cada vez más regalos, como si de una competición se tratase. Pensamos que más regalos es sinónimo de más felicidad, pero, normalmente, muchos de ellos pierden toda su magia después de abrirlos y acaban acumulándose en algún rincón de casa.

Es mejor optar por la opción de regalar poco, pero con acierto y bien. Así, no solo evitaremos esta acumulación en casa, si no que ahorraremos gastos y estaremos formando en valores a los más pequeños.

Por eso, hemos elaborado una lista de cinco reglas para que, cuando los duendes preparen los
regalos, tengan un éxito asegurado.

Algo que desee

Todos queremos algo, en mayor o menor medida, y los niños no iban a ser menos.
Las Navidades siempre han sido sinónimo de catálogos con millones de marcas en sus páginas, señalando una colección de juguetes infinitos. Esto, aunque puede servirnos como guía, muchas veces desemboca en regalos a los que nunca se da uso.
Tenemos que ser cuidadosos y no caer en excesos de caprichos, por lo que, para evitarlo,
podemos fijarnos en aquello que lleva pidiendo mucho tiempo o relacionado con temas que ya le gusten (películas, música, colecciones de juguetes, …).

Algo que necesite

Durante el año utilizamos muchas cosas, lo que provoca que algunas se vayan quedando por el camino y otras lleguen estropeadas a fin de año. Con los niños, estas cosas duran aún menos por pequeños accidentes, como caídas o manchas, que se suceden en el día a día. Además, hay que tener en cuenta el continuo crecimiento, el cual hace que, muchas veces, de un día para otro, la ropita deje de servirles.
No hay más que fijarnos en aquello que les falte o podrían renovar. Ropa, calzado, material para el colegio, … suele ser siempre bienvenido y son cosas a las que realmente dará uso.

Algo para fortalecer

El deporte es imprescindible para el desarrollo físico y mental de los niños. Además, favorece la socialización e integración de los pequeños, a través del cual construyen un grupo de amiguitos con los que comparten aficiones. Se convierte, así, en recuerdos que les acompañarán toda la vida.

La creencia de que “no me gusta el deporte” viene realmente de no haber encontrado aquello que te guste, ya que hay tantas modalidades como personas hay en el mundo.

Antes de escoger, es importante conocer la personalidad y destrezas del niño, además de sus inquietudes, ya que los deportes de equipo difieren en cierta forma de los individuales. La equipación y el material deportivo siempre son regalos ideales. A la larga, la opción que escojamos nos llevará hacia el buen camino: una vida saludable.

Algo para compartir

Los momentos en compañía son los más valiosos, y qué mejor que regalar algo que nos junte a todos.
Esta categoría está representada en su mayoría por los famosos juegos de mesa en todas sus variantes. Hay multitud de opciones en el mercado, desde los más clásicos hasta los más experimentales, con variantes para todos los bolsillos y todas las edades. La mejor elección serían aquellos que puedan perdurar en el tiempo y con los que puedan seguir jugando a cualquier edad, de forma que nuestro regalo se convertirá en uno para toda la vida.

Algo para educar

La educación es uno de los principales pilares en la formación de una persona, y es muy importante hacerlo lo mejor posible para asegurar que las generaciones del mañana sigan construyendo un mundo mejor. Nadie dijo nunca que aprender fuese aburrido. Podemos encontrar un amplio abanico de juegos educativos en el mercado, cada vez mayor, que trabajan, a través del juego, diferentes competencias, habilidades y capacidades del niño. De esta forma, se desarrollan de una forma lúdica, sin ser conscientes, creciendo en las diferentes áreas personales, tanto físicas como mentales. Lo mejor, es que existen juegos para todas las edades, por lo que el aprendizaje es, como quien dice, infinito.

Regalar en base a estas reglas significa educar en valores, tales como compartir, gratitud,
honestidad, respeto, paciencia, … lo cual aporta un mayor significado al regalo que estamos
haciendo. Ya no regalamos por el acto de hacerlo, sino con la intención de ayudar a formar la
mejor versión de ese pequeño acompañándolo de una bonita forma, y por qué no, divertida,
durante el proceso.