
Los cuadernos cierran el proceso iniciado con el abecedario y las letriformas. Son un total de 9 cuadernos en los que se trabajan las letras mayúsculas, minúsculas y diferentes grupos consonánticos con actividades originales y llamativas para los niños. Todo ello de manera lúdica y progresiva. Cada letra consta de 3 páginas más la del trabajo final. Esta última se basa en la asimilación de dicha letra a través de una “actividad puente”, es decir, partiendo cada vez de un tipo de inteligencia distinta para favorecer así la variedad de aprendizajes.
Actividades divertidas como los cazadores de letras, palmas palmitas, suma de letras o sílabas, escribir diálogos en bocadillos así como otras propuestas, hacen que los niños disfruten en este proceso lectoescritor.
Los cuadernos alternan actividades para fomentar tanto la inteligencia intrapersonal (escribir sus deseos, preferencias, gustos) como la interpersonal (fórmula de la amistad, hotel monstruoso, hospital de mascotas, etc.), ya que, según Howard Gardner, estas inteligencias suponen la clave para obtener el éxito en la vida emocional y profesional.